¿A quién no le gustaría tener unas flores de muy fácil
mantenimiento y muy resistentes en su balcón? Si tú también andas buscando una
planta con estas características, hoy voy a enseñarte las Surfinias.
Unas preciosas plantas que atraerán las miradas de todo
aquel que pase por delante de hogar.
Perteneciente a la familia de
las Solanaceae, es un hibrido de la Petunia, recibe de ahí el
nombre común de Petunia colgante.
Una de
las diferencias entre Petunias y Surfinias: las Surfinias al ser
híbrido de las Petunias, sus estambres son estériles y no dan semillas para
poder replantar (como sí sucede con las Petunias). Sin embargo, las Surfinias
se pueden multiplicar a través de esquejes aunque no es la mejor forma de
reproducción de las plantas.
Curiosamente,
Petunias y Surfinias aguantan el frío (siempre que sea moderado) y,
resguardadas de él y con los cuidados necesarios, pueden durar de un año para
otro. No es lo común y además tiene un inconveniente: las plantas viejas
florecen peor.
Otra de
las diferencias entre Petunias y Surfinias son las flores: aunque ambas
comparten esa forma acampanada tan peculiar de esta especie, en el caso de las Surfinias siempre tienen muchas más flores
(aunque son algo más pequeñas que las de las Petunias). Y, por último, la
diferencia más visible también relacionada con sus flores: en el caso de las
Surfinias, su naturaleza las hace más frondosas tanto en hojas como en flores.
Y, precisamente por su forma natural, las Surfinias son llamadas en ocasiones
“Petunias colgantes”. La Petunia, sin embargo, solo crece y poco en vertical.
Es más una planta que no alcanza nunca la espectacularidad floral de las
Surfinias (por razones obvias: es un único tallo mientras que las Surfinias
tienen muchos más). Un motivo por el que las Petunias son más económicas que
las Surfinias pero mucho menos llamativas.
En lo
que no se diferencian es en el colorido de sus flores que, es además,
una de sus grandes ventajas: su amplio abanico de tonalidades (que oscilan
del blanco más radiante al rojo más intenso, pasando por toda la gama de azules
y violetas imaginables) facilitan un juego de color acorde con cualquier
decoración.
En cuanto a su cuidado hay que controlar el abuso del riego,
ya que da lugar al amarilleo, además de favorecer el desarrollo de hongos.
Tras la primera floración se puede podar la Surfinia a la mitad y volverá a florecer. Es conveniente eliminar las flores marchitas a menudo.
Tras la primera floración se puede podar la Surfinia a la mitad y volverá a florecer. Es conveniente eliminar las flores marchitas a menudo.